La Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid, patrocinada por la Diputación de Palencia, informa que, apoyado en los estudios que realiza, la plaga de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) puede controlarse eficazmente con el hongo medicinal y entomopatógeno (que ataca a insectos) llamada Cordyceps militaris. Esta curiosa especie micológica ejerce sobre las orugas un control biológico eficaz como ecoinsecticida natural y que se ha descubierto y testado en los pinares de pino piñonero del Cerrato en la provincia de Palencia, según informa Juan Andrés Oria de Rueda, director de la Cátedra.

La oruga de la procesionaria del pino es una de las plagas más destructivas de los bosques mediterráneos y que afecta también a parques y jardines, provocando alergias. Durante el año 2019 han resultado graves sus ataques en pinares y parques, debido a las altas temperaturas del invierno, hasta el punto que se registran incluso sus efectos en altas montañas en lugares en donde no se había visto hasta ahora. En toda España, de norte a sur se han sufrido y adelantado sus efectos debido al mayor calor, unido a la pertinaz escasez de lluvias de estos últimos meses de invierno y comienzos de primavera. En Castilla y León este problema de salud forestal y social es acuciante, pero también en Cataluña, Valencia, Castilla La Mancha, Madrid, Extremadura, Galicia o Andalucía se están viendo especialmente afectados. La presencia de las orugas de procesionaria se delata por los característicos bolsones blancos y sedosos en las ramas de los árboles, sobre todo pinos y cedros, donde se guarecen sus colonias. En primavera descienden en largas filas o procesiones, de donde viene su nombre, hasta el suelo, donde se entierran y pasan a pupas a través de su metamorfosis. Es en este proceso cuando pueden afectar a la salud de niños y mascotas, pues las orugas están recubiertas de pelos urticantes que dan lugar a irritaciones graves y que, en el caso de los perros, les puede llegar a causar la muerte.

Si bien hay distintas aves insectívoras y mamíferos (murciélagos) capaces de controlar a estos insectos como las vistosas abubillas, cucos, críalos, chotacabras (come polillas adultas) y pájaros pequeños (carboneros y herrerillos capuchinos), varias de estas especies son migratorias y a veces no llegan antes de que las orugas desciendan de los árboles y se hayan enterrado. Cuando esto ocurre puede suceder que los perros que escarban o remueven el suelo pueden verse más gravemente afectados, pues los pelos urticantes de las orugas se les clavan como flechas y les producen una severa inflamación, pudiendo morir asfixiados.

Según los estudios emprendidos y desarrollados en los tres últimos años por los investigadores de la Cátedra de Micología, en colaboración con empresas de jardinería y otras especializadas se han encontrado que algunos hongos silvestres como el vistoso Cordyceps militaris, de forma de maza y color naranja, cuyas cepas o aislamientos  localizados en la comarca del Cerrato y otras cercanas pueden llegar a acabar con más del 80 % de las orugas de la procesionaria enterradas, resultando inofensivo el tratamiento, según ha declarado el Dr. Oria de Rueda. Alguna cepa incluso llega a eliminar al 90-100% de las orugas y pupas afectadas, lo cual es de una eficacia sorprendente. Una vez que se selecciona la cepa o variedad de hongo ecoinsecticida más eficaz frente a la procesionaria se procede a replicar el hongo para posteriormente hacerlo multiplicar a gran escala. Entonces se hace el tratamiento en monte pulverizando una solución de agua con esporas.

Pinar del Cerrato

Las ventajas de la utilización del hongo ecoinsecticida Cordyceps es múltiple. Por un lado, se trata de un tratamiento ecológico natural que evita la utilización de productos químicos agresivos. Por otro lado, el hongo estudiado no es perjudicial para personas y animales domésticos, solamente para las orugas y pupas de la plaga. Produce esporas que se dispersan por el aire hasta que se ven interceptadas por los pelos de las orugas. De las 9 cepas o variedades diferentes del hongo observadas en la investigación, parece que la procedente de pinares mediterráneos más secos y continentales del pino albar o piñonero (Pinus pinea) es la más activa y eficaz contra la plaga, en comparación con las procedentes de comarcas más lluviosas y frías, que parecen requerir mayor humedad.

Por los datos recogidos en el estudio, estos hongos del Cerrato son entonces capaces de desarrollarse y atacar con éxito a la plaga de la procesionaria en condiciones de mayor escasez de humedad y oscilación de temperaturas, con un efecto más rápido y letal en los insectos.

Es reseñable que el hongo ascomicete Cordyceps, que ataca con éxito como parásito ecológico a la plaga de la procesionaria, no sólo no es pernicioso para las personas o mascotas sino que es benéfico y medicinal, con multitud de impactantes aplicaciones comprobadas científicamente. La sustancia activa que contiene, llamada Cordicepina, tiene extraordinarias propiedades antibióticas, antivíricas, anticancerígenas y estimula el sistema inmunitario. Su valor antioxidante es elevado y posee un apreciado efecto “antiedad” disminuyendo los niveles de azúcar y colesterol en sangre y favoreciendo la función cerebral.También se emplea con éxito por los atletas para mejorar sus resultados y en transplantados de varios órganos para evitar el rechazo, comenta Raúl Fraile, gerente de la empresa palentina Mundoreishi y colaborador de la Cátedra de Micología.

“Hay 500 especies del género Cordyceps con numerosas variedades. Pero la encontrada en el Cerrato parece ser la más eficaz contra la procesionaria y posiblemente de efectos medicinales más que positivos” comenta el director de la Cátedra de Micología Dr. Juan Andrés Oria de Rueda.