La Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid, auspiciada por la Diputación de Palencia y líder en innovación en Micología Agroforestal Aplicada (MAA) y Desarrollo Rural Solidario (DRS) y ubicada en el Campus Universitario de Palencia no solamente estudia las deliciosas trufas y setas palentinas de nuestros montes.
Con un programa que se proyecta internacionalmente en los países desfavorecidos informa que este 26 de junio de 2017 se ha defendido con éxito en el marco de la imponente Casa Junco de Palencia una tesis doctoral sobre los hongos silvestres de Etiopía bajo el nombre “Comunidades fúngicas procedentes de sistemas forestales en Etiopía”, avalada y dirigida por la Universidad de Valladolid y el IUFOR (Instituto Universitario de Investigación Gestión Forestal Sostenible).
Realizada por el doctorando etíope Tatek Dejene Bekele en el Campus Universitario palentino de la Yutera ha sido dirigida por Pablo Martín Pinto y Juan Andrés Oria de Rueda, subdirector y director respectivamente de la Cátedra de Micología y profesores del Instituto de Gestión Forestal Sostenible. El tribunal estaba constituido por el Dr. Wubalen Tassede (Director General Bosques Etiopía), Dr. José Antonio Bonet (Universidad de Lérida) y Dr. Julio Díez Casero (Uva).
En sus diferentes capítulos, cuyo análisis y resultados se han publicado en las más destacadas revistas científicas internacionales de investigación (Forest Ecology and Management) se dan a conocer múltiples aspectos de las aplicaciones de los hongos silvestres, aportando por primera vez un destacado caudal de conocimientos muy útiles para el desarrollo sostenible y conservación de los bosques de un país africano. Se han registrado cientos de especies micológicas, por primera vez, no solo en Etiopía sino en el continente africano, afirma el director de la Cátedra Juan Andrés Oria de Rueda pero también se ha comprobado que las metodologías que se emplean en Palencia son aplicables en otros países en desarrollo. Pero no solamente se han descubierto las comunidades de hongos de sus bosques naturales y repoblaciones forestales sino también la influencia del fuego en sus ecosistemas. Así hemos comprobado que en ciertos ecosistemas africanos como las sabanas existe una valiosa influencia de los herbívoros en relación con la diversidad. Es el caso de las diversas especies comestibles de champiñones del género Agaricus y otras muchas especies útiles, Terfezia, Calvatia, Suillus, etc. Hemos visto cómo ciertas especies de hongos extinguidas o muy amenazadas en Europa proliferan en las sabanas africanas y bosques pastados, ofreciendo soluciones originales de conservación a la diversidad global de nuestro planeta.
También se ha comprobado la riqueza y diversidad de hongos comestibles en bosques naturales y en plantaciones forestales productoras de madera y hongos comestibles. Además se han localizado multitud de estirpes valiosas de hongos en sus suelos, como las muy numerosas del género Penicillium, no solo conocidas por su aplicación como antibióticas, sino básicas en la conservación de la fertilidad y el flujo de nutrientes, con aplicaciones prácticas en agricultura bajo condiciones de sequía y calentamiento global. “Podría alguien de limitada visión pensar que el estudio de los hongos africanos no nos incumbe “comenta el profesor Oria de Rueda, “pero hemos comprobado que su estudio nos da soluciones y abre aplicaciones valiosísimas para la agricultura y la conservación de los bosques en los nuevos escenarios y retos bajo el cambio climático. Es una gran satisfacción que hayamos comprobado el éxito de nuestras metodologías y de las modernas técnicas de análisis en un país tan alejado geográficamente pero un verdadero continente en sí mismo, muy diverso desde el punto de vista climático y forestal con desiertos, estepas, selvas, sabanas, alta montaña, etc”.
Los resultados de este trabajo son pioneros en el continente africano y presentan implicaciones importantes a la hora de la descripción de la biodiversidad micológica, la producción de hongos silvestres comestibles y la sucesión en los llamados bosques afromontanos, formaciones arboladas propias de las montañas africanas, así como en las plantaciones forestales con vistas a la producción de recursos útiles. Asimismo, los resultados de este trabajo presentan aplicaciones valiosas en la gestión forestal sostenible para la conservación de estos hábitats naturales y humanizados, a través de la utilización de los recursos micológicos. La presencia de árboles autóctonos maduros en el interior de las plantaciones de pinos y eucaliptos ayuda al incremento de la diversidad y productividad micológica que redunda en beneficios sociales y económicos para las poblaciones nativas del continente, a la vez que ayudan a la conservación de la diversidad biológica y evitan problemas de erosión.
Pero no solamente se trata de descubrimiento científico y técnico. Ha sido mutuamente enriquecedor desde todo punto de vista temporal y espiritual, recuerdo como nos comentaba las ancestrales celebraciones de Navidad y Pascua en este milenario e impresionante país, de cultura, arte e historia riquísima, afirma Juan Andrés Oria de Rueda.
El flamante doctorando etíope Tatek Dejene ha permanecido cuatro años en España colaborando tanto en investigaciones y jornadas micológicas en Palencia y Castilla y León como en su propio país, así como en diversos países europeos a través de congresos. Todo ello ha sido una enriquecedora experiencia que no dudamos en mantener. De hecho conocemos a numerosos profesores e investigadores etíopes y por otro lado hay profesores de nuestra Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia que trabajan asiduamente en este bello país africano. Varios responsables y directivos de investigación del más alto nivel de Etiopía y que saben perfectamente hablar en español suelen venir a Palencia a tesis doctorales, trabajos y reuniones científicas y técnicas, etc. La colaboración mutua y enriquecedora de los distintos pueblos y naciones es el futuro, añade el director de la Cátedra.

Tatek Dejene presentando su tesis

Portada de la tesis doctoral de Tatek Dejene